sábado, 27 de agosto de 2011

Mujer, el "sexo débil", pero más fuerte que nunca

En el recorrer de los años las mujeres fueron capaces de obtener una base de igualdad con los hombres. Ya se fueron los tiempos en que las mujeres no tenían voz y ni voluntad propia. Poco a poco las mujeres consiguieron conquistar su lugar en el mundo, en la sociedad, en el área profesional, familiar y personal. Hemos recorrido un largo camino para llegar hasta aquí, pero es evidente que aún hay mucho que recorrer. Algunas mujeres saben imponerse delante de la sociedad machista, pero aun hay un número significante de mujeres que permiten que las traten como seres inferiores. Las mujeres siguen siendo discriminadas y mal tratadas, pues el mundo sigue siendo machista en algunos aspectos. Sufren discriminación en el trabajo, pues para algunos es inaceptable que una mujer, por más competente que sea, ocupe un cargo importante o el mismo cargo que un hombre. Sufren agresiones físicas y verbales de sus compañeros, pues muchos hombres creen que la mujer tiene que obedecerlo y temerlo, creen que enfrentándonos y levantándonos la voz impondrán su autoridad y superioridad. Yo siempre creí que nosotras, mujeres, somos tratadas como permitimos que nos traten. Si una mujer permite que su marido la pegue una vez, seguramente se atreverá a pegarla otras veces; Si una mujer permite que el hombre la trate con grosería, seguramente el siempre la tratará así; Si una mujer permite que la humille, la humillará; Si una mujer perdona la infidelidad de un hombre, puedes estar segura que él será infiel siempre que tenga la oportunidad. Cada vez que permitimos algo así estamos dando a ellos el derecho de tratarnos como quieren. La mujer antes de más nada tiene que aprender a respetar a sí misma para que los demás la respeten. En el momento que te das el debido valor y aprendes a respetar a ti misma no permitirás que nadie te falte con respeto, te humille o hasta mismo te levante la mano o la voz. Cabe a nosotras exigir y enseñar a la sociedad y a los hombres a respetarnos, pues no somos inferiores a nadie y mucho menos un objeto. Las mujeres deben tener más confianza, más seguridad, deben tener la convicción de que sí son capaces y así alcanzarán sus objetivos, el respeto de los demás y vencerán. Merecemos y queremos ser tratadas con respeto, con cariño, con amor, cuidado y atención, y debemos tratar los hombres de la misma manera. El respeto debe ser siempre recíproco independiente del sexo. Lo que muchos hombres tienen que entender es que las mujeres han cambiado y seguimos cambiando a cada día y no es porque somos sensibles que significa que tienen el derecho de tratarnos como se les den la gana y que tienen algún poder sobre nuestras vidas. Somos sensibles, pero fuertes y capaces de hacer todo que un hombre es capaz, a veces hasta mejor, y sabemos muy bien lo que queremos.

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