martes, 26 de octubre de 2010

Timidez


Me basta un pequeño gesto
hecho de lejos, muy leve,
para que vengas conmigo,
para que siempre te lleve.


Sólo ese, yo no lo haré.

Una palabra caída
de las montañas de instantes
desmancha todos los mares,
une tierras muy distantes.


Palabra que no diré.

Para que tú me adivines,
entre vientos taciturnos,
apago mis pensamientos,
visto ropajes nocturnos,


Que amargamente inventé.

Y mientras no me descubres
van los mundos navegando
en aires ciertos del tiempo
hasta no se sabe cuándo…


Y un día me acabaré.


Cecília Meireles

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