sábado, 26 de marzo de 2011

Isadora Duncan



Isadora Duncan, hija de Dora Gray Duncan, pianista y profesora de musica, y Joseph Charles, poeta, nació el día 27 de mayo de 1878 en San Francisco. Isadora tuvo una infancia muy difícil, después que su padre, Joseph, abandonó a la familia después de haber sido acusado de fraude bancario y encarcelado...
Isadora Duncan es considerada pionera en la danza moderna. Causó muchas controversias al ignorar todas las técnicas de la danza clásica.
Su mayor inspiración eran las figuras dazantes de los vasos griegos encontrados en el Museo Británico. De ellas adoptó algunos elementos característicos de su danza, como inclinar la cabeza hacia atrás, cabellos sueltos, sin maquillaje, una túnica vaporosa que dejaba adivinar el cuerpo y entrever las piernas desnudas y los pies descalzos. Su escenario era compuesto por una cortina azul celeste y Isadora bailaba con la música de Chopin y Wagner y la expresividad personal y la improvisación siempre estaban presente en su estilo.  Los temas de las danzas de Isadora eran clásicos, frecuentemente relacionados con la muerte o el dolor, en oposición a los asuntos de la danza clásica conocida hasta entonces, que giraban en torno a héroes, duendes y trasgos.




Isadora tenía una personalidad muy fuerte y no se inclinaba a las tradiciones. Ella se casó tres veces. Su primer marido era el diseñador teatral Gordon Graig, después se casó con el parisiense Eugene Singer y por último con Sergéi Yesenin. Tubo dos hijos, uno con Graig y otro con Singer. Su vida era llena de escándalos y tragedias. La más espantosa fue ciertamente la muerte de sus dos hijos Deirdre y Patrick, que se ahogaron en un accidente en el río Sena en París, en 1913, al caer al agua el automóvil en el que viajaban junto a su gobernanta.
Isadora Duncan era bisexual y mantuvo relaciones con algunas mujeres conocidas de su época, tales como la poetisa Mercedes Acosta y la escritora Natalie Barney.
Hacia el final de su vida, la carrera de Isadora había empezado a declinar. Fueron para ella tiempos de serios problemas financieros y diversos escándalos sentimentales, acompañados por algunos episodios de embriaguez pública. Todo esto la fue alejando de sus amigos y su público, y finalmente de su propia arte. Isadora vivió aquellos años finales entre París y la costa del Mediterráneo, dejando deudas considerables en hoteles y pasando cortos períodos en apartamentos alquilados.
Isadora Duncan murió en un accidente de automóvil acaecido en Niza, Francia, la noche del 14 de septiembre de 1927, a la edad de 49 años. Murió estrangulada por la larga chalina (una estola pintada a mano regalo de su amiga Desti) que llevaba alrededor de su cuello, cuando ésta se enredó en la llanta del automóvil en que viajaba. Duncan viajaba en el asiento del copiloto de un automóvil Amilcar propiedad de un joven y guapo mecánico italiano, Benoît Falchetto.
Antes de subir al vehículo, Isadora profirió unas palabras pretendidamente recordadas por su amiga Maria Desti y algunos compañeros: "Adieu, mes amis. Je vais à la gloire!" (¡“Adiós, amigos míos, me voy a la gloria!”). Sin embargo, según los diarios del novelista americano Glenway Wescott, que estaba en Niza, Desti admitió haber mentido sobre las últimas palabras de la bailarina, y confesó a Wescott que estas habían sido: "Je vais à l'amour" (“Me voy al amor”). Al parecer, Desti consideró estas palabras poco apropiadas como un último testimonio histórico de su ilustre amiga, ya que indicaban que Isadora y Benoît partían hacia uno de sus encuentros románticos.
Isadora Duncan fue incinerada, y sus cenizas fueron colocadas en el columbario del Cementerio de Père-Lachaise (Paris, Francia).

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