Existen personas que les encanta hacer discursos y dar lección de moral en los otros, pero cuando merecen oír algunas verdades o cuando intentamos aconsejarlas ellas simplemente se enojan como si estuviéramos haciendo algún mal, cuando en realidad estamos apenas intentando orientarlas.
No soporto personas que creen que tienen siempre la razón, que se creen los dueños de la verdad y por mas que les expliques, ellas jamás admiten que están equivocadas. Las personas deberían entender lo cuanto es importante saber oír y que oír no es apenas oír lo que queremos y si estar abiertos a aceptar la opinión de los otros mismo que no nos agrade.
En primero lugar, creo que nadie tiene el derecho de dar lección de moral en nadie, pues nadie es mejor que el otro. Segundo, admitir que está equivocado nos es pecado y tampoco significa que eres un tonto, al contrario, reconocer sus errores muestra que eres una persona humilde, pues una persona arrogante que se juzga mejor que los otros no sabe reconocer sus errores y yo admiro mucho personas humildes.
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